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2018

NO MORE Comunidad de mujeres

SEK Ciudalcampo International School

Madrid

profesor o educador

Hector Gonzalez Alvarez

Rebeca, una de las integrantes, sufrió acoso callejero un día, mientras paseaba el perro. Sintió pánico puesto que, a esas horas, la calle se encontraba desierta, excepto por aquel grupo de chicos, mayores que ella, que la perseguían mientras la decían cosas obscenas.

Al comentarlo en clase, muchas otras alumnas compartieron experiencias similares. Aquello nos hizo plantear que, quizás, era un fenómeno más común de lo que creíamos. Además, estabamos inmersos en unos días de frenética actividad contra el maltrato, con movimientos como #metoo y noticias en prensa como el caso de "La manada". Decidimos indagar sobre el asunto con psicólogos profesionales y asociaciones de mujeres.

Todos los profesionales consultados (psicólogos y asociaciones) coincidían en varias puntos: 1. El acoso callejero era un fenómeno muy generalizado en el mundo, no solo en España; y que, incluso, estaba más arraigado en otras regiones y culturas. 2. El agresor no tenía un perfil determinado, ya que se daban casos con edades, posición social y estilos de vida dispares. Si que tenían un rasgo común en su gran mayoría: no actuaban en público. Es decir, la presencia de terceras personas disuadía al agresor en la mayoría de los casos. 3. Las mujeres silenciaban la gran mayoría de los ataques. El miedo y la presión social "al que dirán" impedían que muchos de los casos ocurridos nunca terminaran en denuncia.

La consulta con los diferentes profesionales nos reafirmó en la importancia de dar una respuesta rápida, tal y como le pasó a Rebeca, quien tuvo suerte de encontrar a aquella pareja. Pensamos en diferentes alternativas: 1. Un botón de pánico que, al presionarlo, hiciera que sonara el tono de llamada del móvil. 2. Un sistema más rápido de llamada a las autoridades, que funcionará más rápido que la llamada a emergencias del 112 3. Un sistema que enviara aviso y geolocalización a tus familiares o contactos. 4. Un sonido de alerta que sonara lo suficientemente alto para avisar a la gente de los alrededores y amedrentara al agresor.

Finalmente, la solución elegida era fruto de una combinación de todas las alternativas: un dispositivo móvil que envía alerta con geolocalización a los contactos que previamente has seleccionado (vía SMS); y envía notificación a los usuarios de la App que estuvieran en las proximidades (vía notificación interna de la App). De esa manera, creábamos una comunidad de salvaguarda, que podrían realizar las gestiones pertinentes con las autoridades y fuerzas de seguridad, al tiempo que acudían al rescate de la víctima. Nos decidimos por esta estrategia inspirados en un sistema de seguridad contra los robos surgido en una comunidad de vecinos en Argentina y porque, de esta manera, sorteábamos el shock de la víctima, que en ocasiones le impide realizar ella misma la llamada al 112. Aquí solo tenía que presionar un botón en caso de sentirse insegura.

Hemos ideado, diseñado y desarrollado una App, actualmente disponible para Android, con el objetivo de crear una comunidad de salvaguarda contra la violencia de género y el acoso sexual. NO MORE, nuestra "Comunidad de guerreras", es un dispositivo sencillo que, tras presionar un botón, envía alerta con geolocalización e indicaciones sobre mapa, a los contactos elegidos previamente por la víctima; y, además, a los usuarios de la App que se encuentren en un radio de menos de un km (esta opción puede activarse/desactivarse por la persona).

Una vez puesta en marcha, siempre siguiendo las recomendaciones y el feedback de los profesionales consultados, se han interesado por nuestro proyecto más instituciones públicas y organismos sociales, tales como la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género u ONG´s que, además, son organos consultivos de Naciones Unidas. Nos hemos comprometido a realizar las mejoras pertinentes e incluir algunos aspectos recomendados para que, a partir de Septiembre, puedan difundir la App en centros escolares y por medio de difusión en medios de comunicación.

50

Las 50 personas indicadas arriba son gente de nuestro entorno y los citados profesionales, con los que testeamos el prototipo. Sin embargo, en España hay censadas más de 5,8 millones de mujeres entre los 15 y 36 años, que son nuestro core. En Europa hablaríamos de más de 120 millones de mujeres entre esa edad.

La programación y el desarrollo de la App comenzó siendo una tarea de nuestros compañeros del Club de programación. Según iban surgiendo nuevas propuestas, más completas y complejas, nos vimos sobrepasadas con nuestros recursos. Estábamos convencidas y concienciadas sobre la utilidad de nuestra idea, así que, decidimos poner en marcha una línea de merchandising con el objetivo de conseguir financiación. No obstante, la cantidad que pudimos juntar era bastante modesta, así que se nos ocurrió consultar a una profesora de India, con cuyo Colegio hacemos intercambio y que, además, están especializados en IT. Ella nos puso en contacto con un antiguo alumno que, además, tenía un vínculo con nuestro Colegio por haber participado de dicho intercambio años atrás. Nos hizo el favor de ajustarse a nuestro presupuesto y nos completó la App.

Más de 30 Días

Igualdad de género

Nuestro proyecto podría englobarse tanto en el objetivo de igualdad de género, puesto que buscamos garantizar la seguridad en las calles de las mujeres, que es claramente inferior; o el objetivo de paz y justicia, ya que nos gustaría erradicar esa situación, por la cual sufren tantas y tantas familias.

El principal aprendizaje que destacamos es personal: el demostrarnos que, cuando algo se desea y se trabaja por ello, puede llegar a conseguirse. Nunca hubiéramos pensado que nos abrirían las puertas de instituciones tan importantes. Además, hemos aprendido a coordinarnos y trabajar en equipo; planificar un proyecto a largo plazo y dividirlo en pequeñas metas en el corto plazo; hemos aprendido sobre aspectos sociales, culturales y de gobernanza; también sobre aspectos de diseño técnicos y tecnológicos. Pero, en resumen, ponemos en primer lugar el aprender de nuestras posibilidades.

Todo. Cada paso. Desde que analizábamos la problemática; la solución conjunta que consensuamos y como entre todas fuimos dando una visión más completa; la organización de tareas y reparto de responsabilidades; la satisfacción de ver completadas las diferentes fases; mostrárselo a la comunidad, etc. Ha sido una experiencia de vida que no está contemplada en ningún manual y con la que hemos adquirido un aprendizaje mucho más valioso, puesto que no caerá en el olvido.

Según hemos ido avanzando, nos propusimos cada vez retos mayores. Comenzamos con una mera exposición de la idea con los compañeros de otras clases. Después acudimos a ver a profesionales, para conocer su opinión y recoger una valoración y feedback. Posteriormente, con el prototipo testeado, acudimos a instituciones políticas y públicas, etc. En general, las reacciones han sido muy positivas. Sobre aquellos aspectos que ha habido discrepancia, se ha recogido esa evaluación y se ha trabajado para su modificación. Seguimos trabajando en la difusión y, por tanto, en la mejora de la aplicación. Cada vez en niveles más altos y con mayor repercusión.

Más de 100

Actualmente, como ya dijimos, se encuentra disponible en Google Play para dispositivos Android. Nuestro reto actualmente es conseguir la financiación necesaria para su desarrollo en iOS para Apple. Estamos estudiando con diversos emprendedores consolidados un modelo de negocio que nos permita sostener la viabilidad de la App sin renunciar a su objetivo principal, ofrecer un dispositivo de seguridad GRATUITO Y UNIVERSAL. La participación en Design for change y su respaldo nos permitiría asímismo reforzar nuestra imagen de marca, de cara a participar en campañas de crowfunding.